El post de hoy he decidido dedicarlo al maquillaje, ese gran
amigo que nos ayuda siempre que lo necesitamos.
Hoy les mostraré una forma de maquillarnos sin ir demasiado
recargada, dando un aspecto natural a nuestro rostro. Además, os enseñaré un
par de trucos para utilizar el eyerline
de forma diferente. Comencemos!
Primero, antes de maquillarnos siempre debemos tener la cara
bien limpia. Una vez nos la hayamos lavado, debemos hidratar la piel, ya que las
cremas y tónicos están más receptivos tras el lavado del cutis. Es muy
importante la hidratación porque el maquillaje tiende a dejar una piel reseca.
Estos son los productos que suelo emplear para
ello. Me encanta la sensación de frescor que dejan.
A continuación, nos aplicaremos una base cuyo color debe ser
acorde a nuestra pigmentación en ese momento. Es decir, no tenemos el mismo
tono de piel en invierno que en verano tras los días de playa que hemos pasado.
Recuerda que debe parecer natural.
No olvides aplicarla también por la zona del cuello, sino lo haces se notará el contraste.
Yo siempre utilizo una esponja para aplicarlo ya que me
gustan más las bases líquidas. En mi opinión, las bases en polvo se notan algo
más, ya que extenderlas puede ser algo más difícil. Pero, elige la que
prefieras.
Una vez extendida a la perfección la base, aplicamos el
mágico corrector que muchos adoramos.
Luego, con un iluminador damos notas de color a las zonas
que queremos destacar como por ejemplo, el entrecejo para que no se nos quede
muy oscuro y de sensación de claridad. Y en la “V” superior del labio, así
simulará que tenemos mayor volumen en los labios.
Todo este proceso es el que debemos seguir antes de
maquillarnos. Es la forma de realizar una base perfecta.
Una vez acabada la base, comenzamos a maquillarnos los
ojos.
En esta ocasión he decidido
combinar un tono rosa claro para los ojos y un nude para la parte superior del párpado, dándole así más
luminosidad. Sin olvidarnos de la zona del lagrimal que dará mucha luz a
nuestros ojos.
Después de ello, debemos extender los polvos que se nos han caído
en la parte inferior del ojo. Acto seguido, utilizaremos un alargador de pestañas
para darles vida.
Con uso de un lápiz pintaremos el contorno el ojo y con una buena
máscara de pestañas daremos el toque perfecto.
Os recomiendo estos de Lancôme, pintan muy bien.
Casi terminando, daremos notas de color en nuestras mejillas.
He empleado un tono rosado.
Y por último, ya que nuestro maquillaje es muy sencillo,
debemos darle protagonismo a los labios.
Para dicho protagonismo, me decanté por un tono rosa algo
más intenso.
Y así, conseguimos un maquillaje sin exagerar los
tonos. ¿Qué os parece???
Todo esto es por si queremos maquillarnos, ir a un evento de
día y parecer naturales. Pero, debo confesar que yo no soy de las que se
maquilla mucho cada día, puesto que el maquillaje estropea mucho la piel. Por
ello, para los días que no deseo hacer uso de tanta cosmética me limito a
emplear el corrector (dejando atrás el resto del proceso de la base), un buen eyerline
y un brillo de labios muy natural. Ah! Sin olvidarnos de mi gran amiga, la
máscara de pestañas.
Por esa razón, aquí van algunos trucos para emplear el
eyerline de forma diferente.
Si estáis cansadas de pintar el contorno del ojo tanto en la
parte superior como en la parte inferior de igual forma, quizás te gusten estas
ideas:
Pintar solo la mitad superior y la mitad inferior. Da un
toque totalmente diferente a la mirada.
Y para las más atrevidas, realizar dos puntas a los
extremos. Es decir, pintas la parte superior como siempre, realizando una línea
y dejando que ésta sobresalga un poco
por el extremo y, en la mitad de la línea comienzas a hacer otra que sobre salga
un poco por encima de la primera.
Resultado? Una mirada muy felina.
Y esto ha sido todo por hoy. Próximamente os enseñaré
maquillajes más atrevidos y con los tonos de la temporada.
Espero que os haya gustado y hasta la próximaaaa!!!!
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